La kinesiofobia es el miedo patológico a realizar ciertos movimientos que puedan provocar dolor o que puedan empeorar una lesión previa, y que lleva a los pacientes a limitar ciertas actividades físicas y sociales.
Diversos estudios han relacionado la kinesiofobia con la aparición de dolor lumbar crónico, del síndrome de dolor regional complejo, y del síndrome de fatiga crónica; y se ha visto que condiciona limitaciones funcionales en el movimiento de rodilla, cadera, cuello, columna y de todo el miembro superior.
Por ejemplo, el dolor lumbar es relativamente común en personas mayores y de mediana edad y estudios previos habían sugerido que el dolor lumbar puede conducir a dificultad o incapacidad para realizar tareas funcionales en personas mayores, lo que provoca además una movilidad y equilibrio reducidos.
Sabiendo esto, la movilidad es fundamental para que las personas mantengan su independencia funcional, en la que las personas con movilidad reducida tienen tasas más altas de morbilidad y mortalidad y una calidad de vida deficiente.
Además, es bien sabido que las limitaciones funcionales en las personas mayores y de mediana edad se deben en parte a los procesos normales de envejecimiento por ejemplo, deterioro al caminar, ponerse en cuclillas, subir y bajar escaleras y realizar acciones de sentado o de pie. Además, la presencia de kinesiofobia en personas mayores con dolor lumbar puede deteriorar aún más su desempeño funcional general, como sentarse o ponerse de pie, caminar y levantarse de la cama, lo que luego afecta su calidad de vida. La kinesiofobia conduce a un empeoramiento de la capacidad funcional en las personas mayores debido a la evitación de la actividad física, lo que a su vez conduce a una movilidad reducida y un dolor persistente. Un estudio anterior había investigado la asociación entre la kinesiofobia y los resultados funcionales. En los adultos jóvenes, el dolor y el miedo relacionado con el movimiento fueron los predictores más fuertes del rendimiento funcional.
La inmovilidad por evitación lleva a mantener posturas rígidas de forma mantenida que, además de favorecer bloqueos de movilidad y limitar la funcionalidad de una región/articulación, repercuten en otras regiones que se ven obligadas a forzar su movimiento para suplir a la región deficiente.
En la SANUM Escuela de Espalda, abordamos la kinesiofobia (es decir, ayudamos a vencer el miedo al movimiento) durante la recuperación/rehabilitación de los pacientes que la sufren mejorando su recuperación, disminuyendo la sensación de incapacidad, el dolor percibido y aumentan la calidad de vida en diversas patologías.
Además, ayudamos a nuestros pacientes a abandonar sus mecanismos de evitación del dolor sin que ello tenga consecuencias catastróficas y clase a clase reforzamos una actitud positiva hacia la recuperación de sus lesiones y su rendimiento funcional.
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